Aquí encontrará una variedad de Temas Espirituales.

Índice:

1. Poema - ¡Jamás Andaré!
2. El Anciano Diácono
3. ¿Gracia en la Cabeza... o, Gracia, Dueña del Alma?
4. Puestos Los Ojos En Jesús


Poema

 Inauguramos esta columna presentando un poema que hace años escribió un siervo de Dios sobre el gran problema espiritual de la dejadez, el descuido, la procrastinación [que significa: dejar para luego lo que se puede hacer ahora].  Dejar para otro tiempo la responsabilidad que Dios exige de nosotros hoy siempre ha caracterizado el débil corazón del hombre... aun los hijos de Dios.

 El autor de este poema escribe bajo el seudónimo "Jeremías" lo que él tristemente observaba en la vida de muchas de las ovejas bajo su cuidado; ovejas, que andaban cual aquella gente de antaño que exclamaron al siervo de Dios quien les predicaba: "Te oiremos acerca de esto otro día".  Ese otro día nunca le ha llegado a muchos, pues les llegó primero la muerte, y así -como el tratado publicado en la sección de igual título, "Tratados"- su cita segura con el juicio venidero y la eternidad. Confiamos que su lectura cuidadosa de este poema le haga detenerse y meditar seriamente sobre la condición de su alma ante Dios.


¡Jamás Andaré!

Dios me ha ordenado
Cómo yo he de andar;
Mas, hoy yo me resisto
Sus leyes acatar.

Todas mis prioridades
Son lo que es material;
En cosas celestiales
No puedo ocupar.

Señor, hoy tu iglesia
Tendrá que esperar;
Pues sábado y domingo
Los voy a disfrutar.

Mensajes, ya me cansan,
También la reprensión;
Hoy todo lo que busco
Es sólo diversión.

De ofrendas y de diezmos
No quiero escuchar;
Mis planes ya he hecho
En qué he de gastar.

La vida es muy cara,
Mas, yo voy a comprar
Enseres, muchos juegos;
No pienso ofrendar.

Leer, hoy, tu Palabra,
Ponerme a orar;
Ahora yo no puedo
Pues, me voy a disfrutar.

Es que disfruto mucho
Lo que es material;
Mi alma ya no ama
Lo que es espiritual.

De normas moralistas
No me hablen ya, no más;
Todo es relativo,
Lo estricto, ¡no, jamás!

Mis oidos están sordos,
No quiero escuchar;
Por sendas tan antiguas
No quiero ya andar.

Soy joven y moderna,
Hoy visto lo sensual;
Me ajusto a la moda
Aunque sea carnal.

Vestir, hoy, con modestia
Y con honestidad;
Es cosa de mujeres
De mucha más edad.

Ser madre abnegada
Y esposa ideal;
Es dura y gran tarea,
También es irreal.

Por eso yo escojo
De todo escapar;
Salir de casa, lejos,
Me voy a trabajar.

Y luego, por la noche
Cuando cansada estoy;
Los niños me molestan
Y a dormirme voy.

Mi esposo, que los cuide,
Ya yo no puedo más;
Prefiero ir al sueño
Para dormirme en paz.

Soy padre, muy moderno,
Yo amo trabajar;
Más vale el dinero
Que vida eternal.

Guiaré a mis hijitos
Según les guste más;
Todas sus prioridades
Se harán, hoy, por demás.

Señor, si de tus cosas
Quisieren hoy buscar;
Yo insistiré que siempre
Escojan estudiar.

Ejemplo pienso darles
Guiándoles así;
Que para todo hay tiempo
Excepto para ti.

Si hay actividades,
Dios puede esperar;
Me irrita que él pida
Su voz, hoy, escuchar.

Mas, si no hay otra cosa
Que pueda ocupar;
Entonces, no objeto
Mi tiempo a él dar.

Si Cristo estorbara
Mis planes, hoy, aquí;
Es decisión muy fácil,
Pues ya yo escogí.

Encuentro tan difícil
A Cristo aquí seguir;
Cuando en placeres vanos
Prefiero, hoy, vivir.

Yo quiero oir que digan
Que todo en mí es paz;
A mí no me preocupa
De Cristo ver, la faz.

La iglesia la acepto en
Semana una vez;
Si más se me requiere,
No quiero, ¿no lo ves?

Mi meta en la vida
Es siempre complacer
Mis ansias terrenales,
Mundano, el placer.

Tal vez el día venga en
Que a Cristo buscaré;
Ya, cuando el mundo canse,
Entonces, clamaré.

Aun cuando me prediquen
La senda del Señor;
Prefiero estar viviendo
Lejano de su amor.

Oir la Biblia, quiero,
Pero esto yo diré;
La forma en que me aplique
Yo la escogeré.

Todo lo que es santo
Tal vez lo escucharé;
Pero en senda santa
¡Jamás yo andaré!

"Jeremías"
[seudónimo]

 Poema, basado en Jeremías 6, que recoge el sentir de un "Jeremías" contemporáneo quien, al contemplar consternado a las ovejas descarriadas en la iglesia de hoy día, no puede más que irrumpir en lamento por el pecado que ve en dichas ovejas. Su lamento poético presenta a las ovejas en la expresión de su rebeldía; pecado que creen equivocadamente está escondido ante Dios pero que aún ante los hombres se manifiesta en su abierta identificación con el mundo y separación de lo que es santo.

 Nota: Este poema no es anónimo, sino escrito por un siervo de Dios que aún vive y labora en la viña del Señor y que prefiere no recibir crédito por su lamento poético. Así lo respetamos y le rogamos que de desear usted reproducir este poema, asegúrese de atribuir la autoría según aparece arriba: "Jeremías" [seudónimo] y la fuente publicadora como "Publicaciones Voz de Gracia. Se lo agradeceremos.



Anécdota
- "
El Anciano Diácono"

 Le llamaremos Juan.  Está despeinado, descalzo, su camisa agujereada; su pantalón anda en las mismas.  Así vistió durante sus cuatro años de estudios universitarios.  Es brillante... mas, es un tanto callado;  se convirtió a Cristo mientras estudiaba. Frente a frente a la universidad hay una iglesia: conservadora, de gente refinada.  Tienen deseos de poder ministrar a los jóvenes estudiantes, mas, no saben cómo hacerlo.

 Un buen día, Juan decide visitar dicha iglesia.  Entra, descalzo, con su vieja y rota ropa y su cabello despeinado.  El culto ha comenzado; camina por el pasillo en busca de un lugar para sentarse.  Como está llena la iglesia, no halla lugar.  La gente se ve algo incómoda, mas, nadie se atreve hablar.  Juan se acerca al púlpito, mas, no hallando lugar, se sienta en el piso alfombrado (conducta aceptada en la universidad, pero que jamás había ocurrido tal en esta iglesia).

 ¡Hay tensión en el medio ambiente... la gente está incómoda! Ahora el ministro observa cómo un bien vestido, anciano y canoso diácono se encamina lentamente hacia Juan.  Es un hombre piadoso, culto y refinado.  Mientras camina hacia Juan, la gente piensa dentro de sí:  "No podemos culparle por lo que va hacer.  Después de todo, no es de esperarse que un anciano comprenda a un joven, y mucho menos, sentado así en el piso."

 Tarda en llegar hasta el frente... su bastón va sonando según camina.  El silencio es absoluto.  Ni siquiera se oye el respirar de los presentes. Tampoco puede predicar el ministro ante su expectativa de lo que habrá de hacer el anciano diácono.

 De momento, observan cómo éste suelta su bastón sobre el piso y con gran dificultad se sienta en el piso junto a Juan con el fin de, junto a éste, adorar a Dios.  La emoción no tarda en embargar a todos los presentes.  Luego de que el ministro logra calmar sus propias emociones, le dice a los presentes:  "Lo que yo voy a predicar, ustedes nunca lo recordarán.  Mas, lo que acaban de ver, jamás lo olvidarán.  Tengan sumo cuidado de la manera en que viven.  Podría ser que ustedes sean la única "Biblia" que algunas personas alcancen leer."

Traducido, condensado y adaptado por VGC.  Fuente original desconocida. (Nota: Pensábamos quitar esta anécdota en la presente actualización.  Sin embargo, leerla aún nos impacta, por lo que se dejará aquí más tiempo.)



¿Gracia en la Cabeza... o,
Gracia, Dueña del Alma?
'Una crítica a la hipocresía observada entre profesantes de la gracia'


 Meditaba en estos días sobre la maravilla de la gracia de Dios, de su amor ilimitado, perfecto y santo hacia mí, un pecador que sólo merece el castigo del pecado. ¡Cuán maravilloso es el alcance de su gracia, pues, alcanza a incontables pecadores del pasado, presente y futuro... y me alcanzó a mí!

 A la vez, pensaba en el hecho, tan terrible como también real, que las verdades y enseñanzas bíblicas (doctrinas de la fe de Cristo) pueden ser aprendidas fría y mentalmente por nuestras facultades intelectuales. Sí, dije 'aprendidas'... memorizadas, repetidas y me temo que aun predicadas sin que esa materia conocida haya obrado
necesariamente en el corazón del predicador (¡parecido a pecador!).

 Pensando en ese trágico detalle, recuerdo haber leído un testimonio de un ministro evangélico que, un buen día, estando en el púlpito a punto de iniciar su sermón, cayó de rodillas al
piso, llorando y pidiendo misericordia a Dios. Al incorporarse, con profunda emoción le dijo a la congregación que escucharían, hoy, a un nuevo hombre... '¡Dios me acaba de salvar por su gracia y misericordia!' Claro está: ¡estaban todos atónitos!

 Por ello es que intitulé esta breve meditación según ya leyó arriba. La Gracia de Dios es difícil de explicar, aunque en su sentido más básico se trata del grande e inmerecido favor que Dios muestra a pecadores, trayéndoles el regalo de la fe salvadora que nos postra a los pies de Cristo. Por lo general se enseña que la gracia es el 'favor inmerecido de parte de Dios hacia nosotros'. La Biblia nos enseña que "por gracia sois salvos por la fe". Y de esa fe nos dice que "no es de nosotros, sino que es un don de Dios".

 Para fines de estas breves líneas, afirmamos que la 'gracia' de Dios abarca toda su obra misericordiosa para con los seres mortales, así le glorifiquemos o no por esa gracia. Recordemos que la Biblia nos dice que "Dios hace que llueva y que brille el sol aun sobre los impíos". Todo bien que tenemos viene del Creador, tal como un viejo y amado himno nos declara.

 Pero hoy, hablamos de la gracia más particularmente según se manifiesta en la gloriosa obra de salvación de un pecador que sólo merece castigo eterno, lo que, por lo general, se tiene en mente cuando se habla de 'las doctrinas de la gracia', más propiamente dicho así: 'la doctrina de la gracia'.

 Con el término 'cabeza', según leyó en el título, me refiero a nuestro 'aparato intelectual', nuestra 'capacidad de aprender', nuestra 'habilidad para razonar y tomar decisiones'. "Dios nos creó a su semejanza", y eso incluye todas estas maravillosas herramientas intelectuales para usarse en el conocimiento de
Dios y el servicio a él. Los impíos entregan su intelecto a las ciencias, artes, en fin, a lo material. El verdadero cristiano  entrega sus facultades al servicio del Rey de reyes, Jesucristo.

 Con el término 'alma', hablamos de lo que en sí somos ante Dios, espíritus o almas que hemos sido creados con una naturaleza espiritual capacitada para adorar a Dios y gozarnos de su presencia. Sabemos, sin embargo, que cuando entró el pecado por la desobediencia de la primera pareja humana, nos llegó la muerte espiritual así como la física: "Por cuanto todos pecaron y están destituídos de la gloria de Dios".

 Cuando muere el cuerpo, no cesa de existir el alma sino que parte de esa 'casa temporal o temporera' para:
 1. Vivir por la  eternidad en la presencia de Dios en comunión con los santos en luz o,
 2. Para existir (no es vivir) en el eterno castigo que su pecado le ha merecido: "La paga del pecado es muerte".

 Escribo estas sencillas líneas sabiendo que, hasta aquí, lo dicho será excesivamente sencillo y elemental para algunos, o tal vez muy complicado o confuso para otros. Lo que quiero es que, por unos momentos, nos fijemos en la realidad de que 'la cabeza' (la inteligencia) que tenemos por el limitado tiempo que nos dure aquí la vida, y el espíritu que mora en el cuerpo y que nunca dejará de existir, tienen un relación íntima y directa con la gracia de Dios, sea para el bien eterno del alma o para su castigo en el infierno eterno.

 Vamos al grano y, consideremos con la debida seriedad y humildad algo que, por muchos años, he visto y me ha preocupado en la 'iglesia visible', entiéndase los que profesan ser cristianos, no importa a que congregación o denominación
pertenezcan. Fíjese de nuevo en el título de esta breve meditación. ¿Lo leyó?

 Bien pude haber preguntado, '¿Fe en la Cabeza... o Fe Que Vivimos?', o tal vez, '¿Doctrinas Conocidas... o Doctrinas Vividas?' ¿Entienden, estimado(a)s amigo(a)s por dónde voy con esta línea de preguntas y razonamientos?

 Estoy hablando de una muy trágica realidad que vemos, tan a menudo, en que los observadores se preguntan, y con buena razón: ¿Qué será lo que pasa con estos evangélicos a quienes vemos viviendo contrario a lo que predican? ¿Por qué será que este vecino mío, que es un líder en su iglesia, hace fraude en sus negocios cuando la fe que profesa enseña que se tiene que vivir con honestidad? ¿Por qué será que 'Don Goyo', ese anciano campecino que ni siquiera es evangélico, muestra muchísima más humildad y bondad con sus vecinos que el ministro, diácono o miembro tan arrogante de tal o cual iglesia?

 Pudiéramos seguir por horas planteando tales incógnitas y dudas que llevan dentro de sí la gente pecadora que nos rodea a los 'cristianos'. Muchas veces lo que observan 'no cuadra' con lo que esos profesantes dicen creer. Otras veces sí hay un consistente y fiel testimonio de Cristo; y así debería ser en todo tiempo

 Sin embargo, nos limitaremos a considerar un solo tema, y es el que envuelve el uso de la terminología, 'la gracia de Dios'. Sin rodeo alguno, les diré que no son pocos los que juran creer en la gracia de Dios y la abrazan como baluarte de su fe, teniendo no más que un conocimiento intelectual de esa gracia. Podrán hablar de ella con gran fluidez de palabras; incluso podrán  enorgullecerse de que son 'creyentes en las doctrinas de la gracia' tal como gente del pasado a quienes admiran. Lo mismo ocurre con tantas otras áreas de doctrina.

 Pero, tener la cabeza... tener las facultades intelectuales llenas de conocimiento didáctico sobre la gracia de Dios (tal como un disco duro de gran capacidad en una computadora) NO ES LO MISMO ni se parece a la realidad gloriosa de que la gracia de Dios POSEA EL ALMA, LA VIDA de esa persona. A veces le he dicho a algún cristiano con quien estoy conversando que 'No es lo mismo que uno conozca de la gracia a que la gracia de Dios posea a uno'. Creo que no puedo ser más claro, ¿verdad?

 Vivimos en tiempos cuando todos los que profesamos ser cristianos deberíamos ser hallados midiendo nuestra 'estatura espiritual' (entiéndase, lo legítimo de la profesión de fe en Cristo) a la luz de pasajes bíblicos que nos instruyen en las características de un genuino cristiano. Les recomiendo que lean el capítulo 3 de Colosenses. ¡Cuán clara es esa palabra que define para los genuinos hijo(a)s de Dios la mansedumbre que
tiene que estar en nosotros, la bondad, la paciencia, y tanto más... la tolerancia hacia el hno. más débil (sufriéndoos), la apertura y disposición a perdonar, teniendo como el ejemplo perfecto el mismo Señor Jesucristo.

 ¡Y cuántos otros pasajes bíblicos no podríamos citar sobre este tema tan vital! En Gálatas leemos una descripción detallada de lo que es 'el fruto del Espíritu', contrastada éste con 'las obras de la carne', las cuales tan fácilmente dominan la vida de la persona que realmente no vive en la gracia de Dios sino bajo la sombra mortal de la vieja ley, el ya caducado pacto antiguo... el que Cristo quitó con su preciosa sangre del nuevo pacto.

 Se habla mucho de 'la gracia'. Son muchos los que gustan hablar de los 'Sutanos y los Fulanos' con quienes ellos se codean, así sea a través de libros, videos o por lo que otros
le cuentan o escriben acerca de esos ¿campeones de la gracia? Mas, siéntese a hablar con un tal 'hermano o pastor' alguna inquietud espiritual de la vida espiritual personal o de la iglesia local en general, y la reacción no será de 'gracia que es dueña del espíritu', sino de un corazón recio, farisaico, que nada más tiene conocimiento acerca de la gracia sin que la gracia se haya adueñado de dicho corazón. Pueden 'profesar' todo lo que quieran, pero, ahí la gracia de Dios no está... "sólo hay viento, fuego y ruido... ¡Dios no está allí"!

 Una vez, y de eso hacen ya unos cuantos años, un cristiano profesante me contó que estuvo de miembro junto a su esposa en una iglesia en los EE.UU., de las que aseguran ser baluartes de las doctrinas de la gracia, fortificadas con las piedras o tablas del pacto mosaico. Muy espirituales, muy consagrados, observando el sábado en domingo (¡según ellos!)... ¡No cesando del todo el trabajo sino lo suficiente como para tranquilizar la conciencia y sentirse que habían cumplido el 'descanso del sábado a su manera'! [De esos conocí un caso real, en que los padres permitían que sus niños 'guardaran el sábado en domingo' jugando en las mecedoras del patio, siempre y cuando
recitaran Salmos mientras se mecían y no se quitaran los zapatos para, así, evitar jugar con los dedos de sus pies en la arena.
 
 ¡Increíble! Es decir, el mecerse estaba bien, pero jugar con los dedos en la arena sería una violación de sábado. Y la diversión  quedaría 'santificada' si a la vez se recitaban salmos. ¿Hasta dónde llegaremos con tales auto-engaños? ¡Cuánta hipocresía y daño a las conciencias de gente buena! O, no confeccionamos comida en ese sábado/domingo para así 'observar el día', pero sí nos vamos a cenar a un restorán o pedimos una entrega a domicilio, haciendo que esa gente trabaje (viole el sábado), etc., etc., etc. ¡Cuánta hipocresía! ¿Cómo podrán los tales dormirse esa noche en paz verdadera?] Seguimos con el caso en la iglesia arriba...

 El asunto es que llegó el momento en que estos miembros pidieron hablar con el pastor sobre un asunto de doctrina. ¡Y para qué fue eso! Les celebraron una reunión de disciplina y los echaron de la iglesia! Todo por el sencillo hecho de preguntar el
porqué de la inclusión parcial de prácticas y prohibiciones mosaicas en la iglesia.

 Para el colmo, el pastor de la iglesia impartió instrucciones a la membresía de que evitara, a como diera lugar, el encontrarse con estas personas. Incluso, que si los veían caminando por la calle en la ciudad, que cruzaran al otro lado. Y eso, que la iglesia se proclamaba defensora de las 'doctrinas de la gracia'. Claro que sí, ¡en la cabeza nada más! Se les olvidó la enseñanza del "buen samaritano que socorrió al hombre herido en el camino".

 Un pastor amigo mío, de otro país, fue a la casa de una familia miembro de una iglesia que agrega un poco de lo mosaico a la fe de Cristo y 'guarda el sabath' en domingo. Había venido de gran distancia, pero no fue recibido... ¡ni le abrieron la puerta! Un vecino no cristiano le avisó que no esperara que le abrieran la puerta debido a que estaban 'observando el ayuno del sábado'. ¡Cuán seria responsabilidad la del pastor que conduce a las ovejas crédulas por tal sendero oscuro sin la luz de Cristo! ¡Y, todo en nombre de que 'predican las doctrinas de la gracia de Dios'! Dios tenga misericordia de los tales.

 En otra sección de este sitio web, escribo sobre una chocante experiencia que mi esposa y yo sufrimos hacen unos seis años, así también un grupo de niños becados al 100% en un humilde Colegio en la vecina República Dominicana. Una iglesia que nos había apoyado por muchos años ahora tenía un joven y nuevo pastor. Buscando en este sitio web (alguien allí sabía leer el español), vieron algo que les motivó a escribirnos. Tenía que ver con la Confesión de fe de Londres del 1689, del cual yo soy el traductor original. El asunto es que se nos cuestionó nuestra fidelidad a dicho documento, y le respondimos que entendíamos que muchas declaraciones escritas allí por sus autores humanos estaban bien, que eran según la Biblia.

 Pero, le indiqué, en honestidad, que habían algunos puntos en que diferíamos de lo escrito debido a que la Biblia enseñaba otra cosa en esos particulares. Eso dio lugar a que nos quitaran, de inmediato, la ayuda material mensual que nos daban así como las becas a unos cuantos estudiantes. No les interesó saber si nos sometíamos a la Biblia o no, sino a un documento humano que tiene muchísimos errores por ser sus autores humanos no inspirados como cualquiera de nosotros.

 Y eso, que esa iglesia y muchas más de similar creencia, juran que 'la confesión de fe no tiene autoridad alguna sobre ellos'; que sólo se someten a la Palabra de Dios. Cuestione Ud. un solo punto de su Confesión y descubrirán, cual veloz rayo de luz, dónde radica la autoridad en tales iglesias: ¡Por supuesto... en la confesión humana!

 Es otro caso en que 'la gracia de Dios' es asunto informativo en la cabeza e intelecto en lugar de ser un 'alma poseída por la gracia'. Donde la gracia de Dios es dueña del corazón, allí se verá, incluso, amor y bondad hacia un enemigo. Cristo nos enseñó así. Cristo es el Autor de la vida por gracia, porque él es el Creador y Dueño de la gracia. Diré más, él es Gracia personificada, igual que Amor, Camino, Verdad y Vida. Por eso es que sólo quien vive en la gracia de Dios, sujetado a la 'ley de Cristo', puede hacer obras de justicia porque su motivación  viene de un corazón poseído por la gracia de Dios.

 Conozco impíos que son más amables y educados que algunos líderes evangélicos que se vanaglorían de sus 'conocimientos sobre la gracia'. Lo más seguro Ud. también conoce a alguien en tal estado espiritual. ¡Y eso no puede quedar así! Un cristiano verdadero conoce la gracia porque 'ésta se adueñó del alma'. En tal persona se verá la humildad, sencillez, mansedumbre, un corazón abierto para seguir aprendiendo de la Palabra, etc.

 ¿Cuántos no son los casos en que lo arriba narrado se repite, país por país? ¡Y no somos la excepción en Puerto Rico! Existen sistemas cerrados denominacionales y no-denominacionales con amplia variedad de vertientes y doctrinas. Digo 'cerrado' en el sentido de que se sujetan a quienes han recibido como sus líderes, así tengan las credenciales espirituales o no.

 Se someten unos a otros dentro de sus jerarquías. ¿Y sabe que? Que esas pirámides de autoproclamada autoridad religiosa tienen al tope líderes que, aceptando la sumisión de los que se someten a ellos, se someten entre sí el uno al otro. Es decir, al tope de la pirámide lo que hay son hombres, a veces probados  como tal en trágicas circunstancias eclesiales o familiares. Y si esos máximos líderes admitieran que 'buscan la dirección del Señor... que se someten a él', ¿Cómo justificarán el que los sujetados a ellos no puedan gozar de la misma dirección del Espíritu sin esa cadena de sumisión a través de niveles jerárquicos... de hombre a hombre, a hombre, a hombre?

 Sé de dónde viene este esquema en términos históricos,
denominacionales. Lo que no alcanzo entender es cómo estos líderes dan lugar a esta autoridad sobre otras iglesias a nivel de que sólo ellos pueden proclamar 'legítimas' a esas iglesias
nacientes. Desde otros países inciden en la existencia misma y función de iglesias locales (¡pastorean desde lejos!), algo que es totalmente contrario el esquema divino en que el Espíritu Santo comunica la fe y ordena los llamados de Dios a Su servicio, formando esos creyentes en iglesias sujetadas a Dios nada más, y sobre el fundamento del nuevo pacto en la sangre de Cristo.

 Los 'sometidos' se sentirán como soldados obedientes al ir a sus 'capitanes' en busca de dirección y consejería espiritual y bíblica. ¡'Soy un obediente siervo'! Y me imagino que el 'general' se sentirá muy satisfecho de tener tales súbditos, a la vez que se somete al próximo nivel de jefatura sobre él. Por eso es que cuando actúan con fuerza para 'preservar la pureza de su doctrina' (entiéndase su autoridad confesional), lo que cae sobre las ovejas es una piedra pesada que agolpea y hiere el espíritu por ser producto de 'gracia en la cabeza, y no en el corazón'.

 Y si en ese esquema jerárquico se establece que tal confesión humana será la aceptada, y no dan lugar a que la iglesia local sea la que regule su fé y práctica a la luz de la Palabra inspirada, entonces, por más que digan que predican las 'doctrinas de la gracia', esa gracia no ha pasado de ser información intelectual en la cabeza, al estilo sectario. Y el trágico resultado de tal 'gracia intelectual' será la usurpación humana de la obra que sólo pertenece al Espíritu de Dios.

 Es Dios quien llama, designa, capacita; es el Espíritu de Dios quien le dice a una iglesia local: "Apartadme a un Saulo y un Bernabé". Y lo hace TODO basado EXCLUSIVAMENTE en las Escrituras inspiradas. Pero, cuando la ¿obra de Dios? no es más  que la 'obra de seres mortales', ocurren esas reacciones contra humildes cristianos que se atreven diferir dentro de un marco de humildad y amor cristiano. Pero, el día de juicio llegará, y "lo oculto se aclarará, y lo injusto será enderezado, y los justos brillarán como las estrellas".

 Eso me recuerda una universidad cristiana en que las reglas de disciplina eran más severas contra quienes poseyeran algún escrito sobre las doctrinas de la gracia que alguien agarrado con material inmoral. Es una escala de valores invertida, contraria a la realidad moral de Dios. Ocurre cuando iglesias y cristianos individuales se atreven tomar acción contra un miembro que cuestiona unos planteamientos de humanos no inspirados, sea por iniciativa interna o externa, en vez de tener celo por la pureza de la Palabra divina.

 Le han quitado el lugar de autoridad de la Palabra para autoproclamarse 'autoridades eclesiásticas legítimas', frase que leí hace muchos años en una carta pastoral en otro país. ¿Quién será el creador de esa categoría de 'autoridad eclesiástica legítima? ¿Hasta cuándo Dios tolerará esta usurpación de la autoridad exclusiva que le pertenece a nuestro santo y soberano Dios?

 Soy un firme creyente en la doctrina bíblica de la gracia de Dios. Pero, también soy apasionado creyente de que las doctrinas de la Palabra de Dios, sean cuales sean, condenarán al alma que las llevare en su cabeza e intelecto pero cuya conducta diaria niega la existencia de esa gracia en él o ella. Dios nos informa, nos instruye, nos enseña sus preceptos. Y esos preceptos son excelente información teológica. Pero, si el
corazón no ha sido poseído por el Espíritu Santo, haciendo del mismo la residencia de Cristo, esa doctrina en la cabeza para ningún bien servirá. Sólo condenará.

 Pienso que nuestros tiempos piden a viva voz que hayan conversiones a Cristo de muchos ocupantes de los púlpitos. ¡Entonces sus corazones serán poseídos por la gracia de Dios!

 Recordemos que la Biblia nos dice que, en el día de juicio, ante el Juez de toda la tierra, habrá incidentes de personas reclamando obras religiosas aquí como su defensa ante Aquel que hace justo juicio. "Que si echaron demonios, que si hicieron tal o cual cosa en el nombre del Señor". ¿Y qué es lo que escucharán como la respuesta del Juez? "Apartaos de mí, obradores de maldad, que nunca os conocí."

 Tenemos también los evangélicos que juran creer en la gracia de Dios pero que, a fin de cuenta, le imponen límites. Yo sé que hay infinidad de variaciones entre ellos, así como todos los demás, pero que, en el sentido más básico, enseñan, predican
y practican que el factor determinante en la salvación de un pecador está en esa 'decisión' que debe hacer para creer y ser salvo. Por eso persuaden a la mente y voluntad del oyente... tácticas enseñadas en seminarios, etc., para 'producir resultados'.  Por eso las 'invitaciones kilométricas' (según el reloj) hasta que logren que alguien pase 'al frente, donde podrán ser salvos', aparte de darle la mano al pastor (como algunos gustan decir).

 Hace muchos años hablé con la esposa, creyente ella, de un hombre que no quería saber de Dios. A veces iba con ella a la iglesia para 'sacársela de encima'. Una noche levantó su mano, pasó 'al frente': 'se convirtió'. Todos celebraban la conversión del hombre. Pero, la verdad se la dijo luego a su esposa: 'Yo hice lo que había que hacer para que se callara el pastor y se acabara ese servicio. Ya llevaba más de una hora con la 'invitación'. Ahí no hubo conversión; al otro día siguió en su alcoholismo. Pero, el ministro ahora podría gloriarse de que 'convencimos al más duro': ¡otra decisión! ¡Cuán trágica realidad! Decisión sí la hubo: en la mente del pecador. ¿Obra de gracia?... lo dudo. El fruto ausente evidencia lo que hay.

 Recuerdo que hace muchos años, un co-pastor de una iglesia intentó 'corregir a las ovejas' del error que pensó que yo les había enseñado en una ocasión. Tenía él en mente la doctrina de la elección. No la creía; no la aceptaba, excepto a su manera. Lo que no sabía era que un jovencito, amigo nuestro, estaba en ese lugar, con una pequeña grabadora; yo escuché, tiempo después, a ese pastor enseñar así:

 Que según la Biblia, el pecador no estaba de veras 'muerto' en su pecado, sino 'casi muerto'. Que tenía una pequeña chispa de vida dentro de su estado pecaminoso, y que era esa chispa la que uno tenía que avivar hasta que cooperara con el Espíritu Santo para que, así, ese pecador fuera salvo. Un concepto nuevo: El muerto coopera con Dios, pues si no, Dios no puede darle la vida que le falta (recuerde, ya tiene un chispa de luz)..

 Suena increíble, ¿no? ¡Fantasioso! Pero, tristemente, es la verdad: yo lo escuché. La pregunta de rigor es: ¿Y la gracia de Dios, dónde está... dónde queda? Pues, en la biblioteca informativa de tales almas. Ellos leen acerca de la gracia, aseguran creer en la gracia. Citan que "Por gracia sois salvos por la fe", para luego proceder a convencer al pecador a que permita que Cristo entre a su corazón... que le abra la puerta de su corazón.

 El día que un ministro de la Palabra crea que esa es la verdad, también deberá creer que Lázaro no estaba de veras muerto, sino que tenía una chispa de vida, por lo que pudo cooperar con Jesús para recuperar la vida al 100%. Según esa fantasía, me pregunto: ¿A cuál parte del cuerpo muerto de Lázaro aún le quedaba esa chispa de vida; cuál parte aún no habia comenzado a descomponerse como lo demás? ¡Si ya hedía!

 Hace unos años tuve contacto con otros 'predicadores de la gracia', que luego de conocerlos bien y de leer sus escritos reveladores de sus creecias doctrinales, en un caso descubrí a un 'encubierto de una secta' y en el otro caso a un creyente, pero, que enseña que la Cena del Señor y el bautismo NO son para la iglesia. Hace poco supe que ahora es otro de los que siguen la enseñanza falsa de que Cristo ya vino en el año 70, cuando la ciudad de Jerusalén fue destruída por los Romanos. Tal concepto sectario tiene su nombre identificador: Preterismo. Me pregunto: ¿Dónde está la gracia de Dios en tales personas? En su cabeza, tal parece; porque, tan extrañas doctrinas, ¿vendrán de la luz divina o de lugares donde la gracia no alumbra por estar muy lejana y oscura?

 No hace mucho que recibí una carta de una persona airada en Guatemala. Me increpó de una forma asombrosa. Me llamó: 'hijo del diablo'. ¿Y cuál era su molestia o su pelea conmigo? Que había leído en estas páginas enseñanzas sobre la gracia salvadora de Dios. Me llamó 'atrevido' por estar hablando de la gracia, ya que hay un solo humano en el planeta tierra que puede dispensar la gracia, a saber: su lider religioso. ¿Donde está la gracia de Dios ahí? En la cabeza nada más. Ahí no existe un alma poseída por la gracia de Dios.

 Recordemos que Satán tentó a Cristo en el desierto usando de citas de las Escrituras, las cuales Cristo contestó también con Escritura. ¿Enseñanza? ¡Que hasta Satán conoce lo escrito en la Palabra! Otra cosa es ser objeto de la obra de la gracia... ser un alma poseída por la gracia. Con 'gracia en la cabeza', se podrán conocer y citar muchísimas porciones bíblicas; pero, con el alma poseída por la gracia de Dios, la Palabra conocida será vivida y será fuente de agua viva en esa persona.

 En conclusión, le pregunto, estimado(a) lector(a) de estas líneas: ¿Ha obrado Dios en su alma, trayéndole la fe salvadora que le llevó a confesar su pecado a los pies de Jesucristo?  Es decir, ¿Posee la gracia de Dios su mente, espíritu y alma? Si la
respuesta es sí, daremos a él la gloria por esa obra de gracia, y oraremos al Señor que le conceda crecer en la gracia de Jesucristo.

 Pero, si su respuesta es no, me imagino que habrá oído acerca de la gracia... y que hoy no es la primera vez que se confronta con tal enseñanza doctrinal de la Biblia. Tal como señalé arriba, no es el conocimiento de la gracia en la cabeza que nos hace
hijos de Dios; es cuando Dios obra por su gracia en el corazón, haciéndonos nuevas criaturas en Cristo. Entonces conocerá la gloriosa realidad de 'la Gracia de Dios que es dueña de su alma'. Dios le ayude es mi sincera oración.

Hno. David S

(Nota: Texto en color marrón indica citas bíblicas o paráfrasis de citas.)



Puestos Los Ojos en... Jesús

 Muchas veces me llega por correo un sobre cuyo contenido ya me lo imagino debido al nombre de la remitente y lo que el tacto me indica, ésto en base a muchos años de tales envíos. Son de mi hija mayor quien reside fuera de PR y, según había palpado, son fotografías de su familia para mi esposa y este servidor... padres y también abuelos de 9.  Pero, hoy es un 'email' con anejos jpg.
 Con gran anticipación miro cada foto y, como siempre, cuánto gozo siento al ver a mis nietos y sus padres. Es una bendición especial de Dios para los abuelos. ¡Ya son 9, y el #10 llegará en pocas semanas! Damos gracias a Dios por cuatro hijos, de los cuales tres son bellas hijas casadas con hombres cristianos que levantan a sus familias en el temor de Dios.

 Pero, este grupo de fotos traía algo especial. Ya mi querido 1er nieto no es un niño sino un fuerte joven que ama al Señor; me ha ayudado varias veces en
el estudio de grabación y, ahora, es un buen jugador de soccer, deporte del cual sólo he participado con los ojos: ¡mirando! Al observar este grupo de fotos de Jonathán, veo una mirada fijada en un objetivo.
 Veo un jugador con la mirada y atención fijada en el juego, en especial en el balón que busca dominar para lograr llegar a la meta y 'anotar otro gol' para su equipo. En un instante, mi mente y espíritu 'volaron' a Hebreos 12:1-2, texto que por años ha sido de ánimo y fortaleza a mi alma al hallarnos batallando al llevar el evangelio de la verdadera gracia de Dios a los pecadores en el mundo hispanohablante.

 Dice esa porción de la Palabra inspirada: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta. Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:1-2).

 El autor inspirado de Hebreos [yo creo que fue Pablo] sabía que él y todo verdadero hijo de Dios está en una batalla constante mientras vive en este mundo de pecado. Escribiendo a Timoteo, le llama: "la buena batalla de la fe". A los corintios escribió:  "¿No sabéis que... todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis." A los filipenses escribió: "Prosigo al blanco , al premio de la soberana voluntad de Dios en Cristo Jesús." Aquí en Hebreos habla de "la carrera que nos es propuesta". La competencia deportiva se usa como buen ejemplo del reto que tiene cada creyente de agradar a Dios en medio de un mundo perdido que nos rechaza y ve como gente extraña.

 Sea el soccer, el beisbol, el ciclismo, etc., cada deporte tiene una meta que, de lograrse, trae victoria al que llega a ella.  Y aunque la meta sea una muy clara, el proceso del juego o lucha siempre conlleva sus detalles. En el caso del soccer, vemos en la foto cómo el jugador tiene su vista fija en el balón, no porque el juego consista sólo de esa esfera blanca y negra. No. Es que ese balón hay que llevarlo hasta la malla en la meta y, una vez adentro, todos gritan... ¡gol... gol... gol!  Usted sabe cómo es.

 Si el jugador tiene su mente puesta en esa meta... en ese gol, entonces tendrá sus ojos puestos en el objetivo mientras esté sobre el terreno del juego. El creyente es llamado a tener sus ojos puestos en Cristo, el Autor de nuestra fe. Y en este caso, no es sólo una meta al final de la vida sino cada paso del andar diario o, si lo queremos decir así: cada paso del juego con los ojos en el 'balón' de la fe, la obediencia, la humildad, la sumisión a Cristo, la negación al yo, la compasión y misericordia hacia los demás, etc.

 No hace tantos años, éste que suscribe practicaba el deporte del ciclismo de alto rendimiento. Pasados los 50 años de edad me hallaba en competencias fuertes y me llevaba a casa algunos de esos trofeos temporales, materiales. Recuerdo que, en medio de una carrera, había dos cosas básicas en mi mente: 1. Llegar a la meta, ganador de mi categoría [¿y quién no desea ganar ese premio?]. 2. Mantenerme fuerte en el largo trayecto de la carrera, observando con gran cuidado la carretera por delante... la que pasaba velozmente bajo las ruedas de mi bicicleta. Una caída por un descuido sería desastroso, por no decir más, y... ¡doloroso!

 Es decir, aunque durante las horas que duraba la carrera –por valles y fuertes subidas montañosas– había que tener en mente la meta final y el trofeo para el ganador... si es que uno llegaba en buena lid al final de la carrera, también había que tener una mente alerta a cada detalle que ocurría durante la carrera. Había que ser disciplinado en el uso de los músculos de las piernas; había que mantenerse hidratado con el agua que uno llevaba en la bicicleta y en los bolsillos de la camisilla de carreras; había que ingerir buen alimento, muy alto en potasio para así ayudar a los músculos (¡guineos maduros... y ricos... mmmm!).

 En fin, toda carrera tiene, a su final, la meta y, en ese camino hacia la meta, los ojos, mente y el espíritu tienen que ocuparse en todos los detalles que forman parte de una carrera exitosa. Así como mi nieto, Jonathán, tiene sus ojos en ese balón, y su abuelo disciplinaba su mente y cuerpo para lograr llegar a la meta vencedor, los hijos de Dios hemos de aprender la clara lección en Hebreos de que la carrera espiritual ha de correrse con paciencia, con los ojos en Cristo, sabiendo que la meta ya fue comprada por la sangre de Cristo y que arribaremos victoriosos si mantenemos los ojos de la fe en él.

 Dios nos ayude a ser consistentes en la fe, nunca perdiendo de vista la meta espiritual de ver algún día a nuestro Señor y gran Salvador, Jesucristo, tal como es. Ese es el gran y perfecto premio.. y todo un regalo de Su gracia. ¡A Dios sea toda la gloria!

David Surpless
20 de sept. de 2007




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