La Familia y el Hogar

¿Cuál es la causa del estado espiritual/moral
tan decadente que hoy azota nuestro mundo?
¿En qué se relaciona la familia a este estado
decadente?
Es de todos conocido --un hecho irrefutable que a diario nos confronta en el diario vivir-- no importa en qué parte del mundo vivimos, que los valores morales de nuestros pueblos andan en franco deterioro, desde el hogar hasta la sociedad en general, así entre gobernantes como el mundo cultural y comercial.


¿Qué es lo que está sucediendo?  La respuesta es muy sencilla, aunque de pocos creída, a saber: la institución de la "familia", el "hogar",  está sucumbiendo ante el embate del mal. La primera institución humana creada por Dios fue el hogar --comenzó con una pareja en el estado del matrimonio en el huerto del Edén.  Todo lo demás, en lo que al plano humano toca --aun aquellas cosas del orden material que nuestras manos y acciones tocan-- decae o se edifica en la medida que la "familia" vive o no vive en el temor de Dios.  Cuando el hombre se desvanece en sus discursos diarios, no puede más que llegar, de una forma u otra, la condenación de Dios sobre tal desvío.  El apóstol Pablo le escribió a los creyentes romanos sobre este particular, diciendo:
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce es manifiesto entre ellos,  pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él,  su eterno poder y divinidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,  siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.   Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus pensamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.   Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.  Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia,  en las concupiscencias de sus corazones,  de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,  ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y dando culto a las criaturas en lugar de al Creador, el cual es bendito por los siglos, Amén" (cap. 1:18-25).
Con el fin de conducirnos a las respuestas a las preguntas formuladas arriba, le haré otra, a saber:  "¿Cómo compara la familia de hoy --y aquí nos referimos a padre, madre e hijos respectivamente-- con las normas divinas que atañen a estos roles familiares?   La medida en que cada uno viva acorde o no con dichas normas servirá como indicativo de su condición de vida ante Dios. Veamos varios textos por ahora (luego actualizaremos con más textos bíblicos). Leamos lo que nos dicen varios textos de Efesios 5 y 6:
"Las casadas estén sometidas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.  Así que, como la iglesia está sometida a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella... así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, se ama a sí mismo... Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos vendrán a ser una sola carne... Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.  Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien,  y seas de larga vida sobre la tierra.   Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor" (5:22-31;6:1-4).
Concluímos preguntando a las mujeres casadas: "¿Vive usted sometida a su marido como su cabeza ante Dios?"...
a los varones casados: "¿Ama usted a su esposa de la manera en que Cristo ama a su iglesia?"... a los padres: "¿Crían ustedes a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor evitando provocarles a la ira?"... y a los hijos: "¿Obedecen y honran ustedes a sus padres, sabiendo que Dios requiere de ustedes tal conducta reverente?"
Dios le ayude a considerar estos principios con todo su corazón y le dé la ayuda y fuerza para poderlos poner por práctica en su vida.



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