Estudios Bíblicos Expositivos


"GÁLATAS - Un Estudio Expositivo"

Introducción: Consideraciones generales:

 Al acercarnos al estudio de esta epístola de Pablo, Gálatas, debemos reafirmar que el escrito que tenemos ante nosotros no es un libro de origen humano, sino divino.  Si bien es cierto que Dios usó a Pablo como "instrumento" para escribirlo -ahí está el elemento humano- también es cierto que fue Dios quien usó a Pablo, por lo que la autoría reside en Dios a través de la obra de su santo Espíritu.  Y, dado el caso de que este libro, al igual que los demás en la Biblia, viene de Dios, nos compete leer, estudiar y aplicarlo a nuestra fe y vida diaria.

 Podríamos preguntarnos, pues, ¿Por qué debemos estudiar esta epístola?... ¿Cuál es su valor para nosotros?  Partimos de la premisa bíblica de que "toda Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia..." (2 Timoteo 3:16), por lo que Gálatas es una de esas muchas epístolas dadas por Dios para nuestra instrucción espiritual.  Debemos, pues, estudiarla porque Dios nos la dio precisamente para que la estudiemos, la entendamos y nos rijamos por sus normas espirituales en nuestro diario vivir. Además, su valor reside en el hecho de que Dios sólo nos da lo que es para nuestro bien, mostrándonos el camino estrecho de la verdad a la vez que nos advierte del amplio camino del error que conduce a la perdición.

 Las iglesias en la región de Galacia estaban en gran peligro.  En ellas habían entrado judaizantes (personas que procuraban presionar a los cristianos a que no dejaran atrás las prácticas y los ritos de la ley mosaica, sino que las agregaran a su "nueva" fe en Cristo con el fin de así tener algo supuestamente mejor) que amenazaban con destruir la naciente iglesia de Cristo. Pablo veía sus primeras labores en la región bajo un ataque frontal del maligno, por lo que Dios le inspira a escribir una corta, pero muy detallada y completa epístola con el fin de "arrestarles" en su rumbo hacia el error y sacarles del "hoyo" en que ya estaban cayendo.  "¿Quién los había fascinado (hechizado) para que se fueran tras "otro evangelio"?  "Habían comenzado bien -por el Espíritu- ¿por qué ahora volver a la carne?" (3:1,3).

 Teniendo ya más de treinta y cinco años en el ministerio de la Palabra de Dios, estamos más que convencidos de que esta epístola, más que cualquier otra de Pablo, es la que con mayor ahinco identifica y censura el grave pecado de querer juntar lo mosaico (ya caducado) con el evangelio de la gracia en la sangre de Cristo del nuevo pacto.  Es la que con gran detalle describe las ideas, metas y esfuerzos de los judaizantes como "otro evangelio", algo tan serio ante los ojos de Dios que sus proponentes son objeto de maldición de parte de Dios mismo: "sea anatema", es decir, "sea maldito" (1:8,9).

 Es muy evidente que el apóstol Pablo amaba mucho a estos hermanos en Cristo -un sentimiento normal entre los genuinos siervos de Dios que "paren" y alimentan a las ovejas de Cristo- cuando les dice en el 4:19 y 20:  "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros... estoy perplejo en cuanto a vosotros".  Había obrado entre ellos con gran amor y dedicación; no tenía duda de que les había enseñado la verdad del evangelio de Cristo.  Sus labores iniciales habían sido algo así como "un parto espiritual" entre ellos.  

 Ahora "vuelve a tener dolores de parto"; los ve en la necesidad de tener que "ser paridos" otra vez.  Esto indica, de manera tan clara, que Pablo veía la situación espiritual entre los gálatas como una en la que estaba por echarse a perder todo lo logrado hasta el momento en términos de la instrucción ya dada tocante a la verdad del evangelio.  ¡Cuán fácilmente podemos los cristianos apartarnos de la verdad y el amor de Dios experimentado en ese primer encuentro con Cristo!  ¡Cuán trágico!... mas, ¡cuán real!

 Hallamos, pues, que al escribir (aproximadamente en el año 58 A.D.) el apóstol Pablo esta carta a un grupo de iglesias en la región generalizada de Asia Menor -la región central de lo que hoy es Turquía- él tiene en mente la decadente situación espiritual, doctrinal de dichos creyentes ante la infiltración destructiva del legalismo judaizante: ese esfuerzo por lograr que los nuevos cristianos reincorporaran no sólo la circuncisión a su vida y práctica diaria sino la observación de días -lo que incluye primordialmente los "sábados"- meses y años (4:10).   Se hace muy evidente que la salvación en Cristo no sólo tiene un inicio en el que se "pasa de muerte a vida" sino que hay un proceso constante de crecimiento para el cual Dios ha provisto la obra de su Espíritu quien comunica al creyente su fruto de gracia, obra que queda truncada cuando se pretende regresar a la "ley que mata" para hallar en ella la santificación de vida en Cristo.

 Otra vergonzosa realidad pecaminosa que Pablo procura corregir en sus amados hermanos de Galacia es la conducta "carnal" que, por lo general, suele ser producto de una religión rigorosa, legalista.  La parte final de su carta pone de relieve el hecho de que entre los hermanos gálatas existía una conducta descrita como "obras de la carne" (5:19) en marcado contraste con lo que produce el Espíritu de Dios en una vida trasformada, a saber, "el fruto del Espíritu" (5:22). Estos detalles los veremos al considerar el capítulo 5 de Gálatas; sin embargo, debemos indicar al lector que cuando en el capítulo 3:3 el apóstol le pregunta a los hermanos: "¿Os perfeccionáis ahora por la carne?", no hablaba de lo mismo. La razón es muy clara, muy evidente.

 En el capítulo 3, el apóstol trata el asunto del fallido intento por crecer en espíritu mediante la implementación de disciplinas de la ya caducada ley mosaica, mientras que la cita del 5:19 tiene que ver con la conducta impropia los unos contra los otros. Es decir, bajo ningún concepto Pablo pretende sugerirles, mediante sus preguntas en el capítulo 3, que ellos estuviesen procurando perfeccionarse en la fe mediante "el adulterio, la fornicación, la disolución y la idolatría, los pleitos, celos, iras y contiendas", y tantas otras cosas. ¡Claro que no!  De hecho, pretender introducir la lista de "obras de la carne" del 5:19+ a la porción del 3:1+ sería otro intento por torcer las Escrituras. Son dos cosas distintas, aunque relacionadas entre si, en el sentido de que el fariseísmo abre la puerta de par en par a que una vida sea conducida fuera del control y la influencia del Espíritu de Dios.  Así, no sólo los esfuerzos por "agradar a Dios" serán los de la carne, sino la conducta resultante también.

 De esta manera breve hemos puesto ante usted una muy corta introducción a la temática en general de esta epístola.  Estas pocas líneas sólo pretenden ser unas sencillas ventanas por las que podremos ver unas siluetas sombreadas del contenido que, en los estudios -capítulo por capítulo- que están por delante, habremos de examinar con más detenimiento.  Le invitamos a darle seria consideración a estos estudios, pues, no tenemos duda de que la entrada de la Palabra de Dios traerá luz a su corazón. A los cristianos que ya tienen una predisposición interpretativa sobre este libro, les invitamos a sentarse junto a nosotros, en espíritu humilde de sumisión a la Palabra, para considerar lo que Dios realmente nos ha escrito en este libro.

 A quien aún no ha conocido a Cristo, le invitamos, también, a esta mesa de estudio, pues esta Palabra exhalta a Cristo como el único Salvador, suficiente, dador de su "ley" (6:2) en quien podrá confiar para la esperanza y salvación eterna de su alma. Esperamos que sea una mesa repleta de suculentos manjares espirituales que habrán de ofrecer saludable alimentación a su alma.




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